1) Háblanos un
poco de quien es Néstor Allende
Pues es un
tipo que a la vez es muchos, mira tú.
Es un
asturiano barbudo, bajito, delgado y medio loco, que roza los cuarenta y que,
de vez en cuando, pinta monas y rellena líneas y líneas de garabatos que pasan
por ser palabras.
Es un heavy de
los de la vieja escuela, de esos que crecieron con los Barón y los Maiden, los
Manowar y Motörhead, y al que le gusta también la música clásica, el bluegrass
y el rock.
También es un
tipo con muy mala leche y un humor "raro de cojones", que vive en
Salamanca y tiene un coche coreano al que el de la plaza de al lado tiene
machacado a portazos; un motero sin moto, más por falta de pasta que por ganas;
amante de la buena cerveza y los licores fuertes (siempre sin hielo, claro).
Es padre de
dos hijos y marido de una mujer (podía haber sido de un hombre, pero no soy
gay, lo siento, fans masculinos. Y femeninos, que estoy casado).
Y por último,
pero no por ello menos importante, un fanático de la ciencia ficción y la
fantasía; de la historia, la ciencia y los acertijos; del ocultismo y del cine.
Y rolero
jubilado, que se me olvidaba.
Y no, no me
tengo por friki.
Ilustración de Alien de Néstor Allende |
2) ¿Cuándo
empezaste a dibujar?
Pues no me
acuerdo, para ser sinceros. De hecho, sigo empezando a dibujar todos los días.
No me
considero un buen dibujante, y por ello empiezo a dibujar todas y cada una de
las veces que cojo un lápiz, sin excepción. Como dibujante no tengo lo que se
dice un estilo definido de dibujo, una marca de la casa, propiamente dicha.
Adecúo mis dibujos a la función que van a tener. Además, soy leeento, lentísimo
dibujando. Me pierde el detallismo y soy muy perfeccionista, y me puedo tirar
minutos y minutos para una simple mano. Y horas para dibujar todos los
eslabones de una cota de mallas.
Por eso digo
que no soy dibujante.
En todo caso
me considero más ilustrador que dibujante, ya que ahí sí que suelo tener un
estilo más personal, mas mío, y también es donde me siento más cómodo.
Lo que sí que
te puedo decir es que empecé a “aprender a dibujar” cuando era güaje, copiando
a Mortadelo y Filemón, creo que con tres años o así. Según mis padres, lo del dibujo viene de familia, porque los
primos de mi abuelo eran los hermanos de la Fuente (Víctor, Chiqui y Ramón);
así que puede que sea cosa de haber crecido rodeado por ese ambiente. Supongo
que tendré algún gen raro de esos con forma de lapicero porque de chaval
dibujaba a todas horas y en cualquier sitio. Mis libros de instituto acabaron
llenos de dibujos en sus márgenes, y los colegas deben de tener decenas de
dibujos de sus personajes de las partidas de rol.
Como ya dije
en otra entrevista, un día debí de agarrar un lápiz y supongo que me gustaría
la sensación, porque desde entonces no lo he dejado; no he dejado de intentar
aprender a dibujar. Y como aún no he aprendido, ahora mismo casi el 90% del
trabajo lo hago a ordenador, que me resulta más cómodo para corregir errores.
Star Trek Voyager by gaslight |
3) Los
dibujantes o ilustradores que más te hayan enseñado o influenciado.
Yo creo que,
influenciarme, todos los que me den y más, Si pudiese meterlos a todos en una
licuadora y luego beberme su esencia, no dudes que lo haría... ¿Eso suena un
poco en plan doctor chiflado, no? Bueno, da lo mismo. Si no hay risa maligna y
pose con trueno tras el ventanal, no cuenta de cara al informe psiquiátrico.
Como
dibujantes me gustan Michael Golden, Hugo Pratt, Esteban Maroto, Moebius, Glen
Fabry, Simon Bisley, Bill Sienkiewicz, P. Craig Russell, Barry Windsor-Smith y,
por descontado, mis parientes lejanos, Víctor, Chiqui y Ramón de la Fuente.
Pero los dibujantes que quizá más me han influido son Mike Mignola, al que
descubrí en Las Crónicas de Corum y flipé con la simplicidad del trazo y el
alucinante control de las sombras. Y al maestro Carlos Ezquerra, que tan buenos
ratos me hizo pasar de chico con Dredd y “Los Diablos del Frente del Este”.
Ilustración de Boris Vallejo |
¿Ilustradores?
Sin dudarlo los primeros que te digo son Boris Vallejo y Julie Bell. Crecí con
posters suyos de tías en tetas en mi habitación (Sí. Desde pequeño mis padres
me dejaban tener posters con ilustraciones donde se viesen tetas y culos, ¿Qué
pasa? Otros tienen escenas de caza con perros mordiendo a ciervos, o corridas
de toros. Yo tenía músculos, tetas y culos).
También
Vicente Segrelles y Frazzeta siguen a día de hoy alucinándome cada vez que veo
algo suyo, aunque lo haya tenido delante decenas de veces, siempre descubro
algo nuevo en sus ilustraciones: un escorzo, algo de contraste tonal, un simple
trazo que soluciona una composición, una sombra o yo que sé. Pero son la ostia.
Mención
especial y aparte merece Tim Bradstreet, que trabaja a partir de fotografías de
estudio y que es mi principal modelo a seguir a la hora de dedicarme más en
serio a realizar ilustraciones profesionales. Hasta entonces dibujaba todo a
mano (y tardaba milenios) o usaba un programa de creación en 3D, el Poser3D.
Pero Bradstreet me abrió los ojos al empleo de la fotografía para luego pintar
encima, cosa que hasta entonces nunca había valorado en serio. Sin ir más
lejos, para la base de la portada de la próxima novela de Amando Lacueva, mi
chaval posó para luego dibujarle encima el dinosaurio (ya la veréis, ansiosos).
La lástima es no contar con dinero para poder tener un estudio de fotografía y
modelos profesionales: tengo que recurrir a fotos proporcionadas por colegas
que me sirven de improvisados modelos (Infinitas gracias, chicos y chicas), y
las que yo hago con mi Canon 450D.
4) Explícanos
un poco tu proceso creativo para una ilustración o portada
Algunas surgen
a la primera, que suele ser lo más normal, y otras me las planteo durante
algunos días. Han sido muchos años de comics, libros y rol para que no se me
ocurra algo casi al momento. Siempre he sostenido que para poder sacar una idea
de la cabeza, antes has tenido que llenarla de muchas otras.
Normalmente
suelo tirarme entre uno y tres días buscando referencias gráficas para realizar
el dibujo, cosa a la que me acostumbré cuando trabajaba en una tienda de
tatuajes. Otros autores profesionales cuentan con material de atrezzo, modelos,
estudio de fotografía y cosas similares, pero yo soy español y pobre, así que
tengo que recurrir a san Google para documentarme y tiro de colegas o
familiares para las poses (o de Poser 3D). Luego comienza el proceso de
montarlo todo en ordenador y pintar encima. Como ya dije, es una técnica muy
similar a la que emplea Tim Bradstreet y con la que estoy muy contento por los
resultados que me da.
Normalmente,
una portada suele llevarme, de media, entre una semana y diez días; aunque una
portada sencillita puede hacerse en un día o dos y una complicada entre quince
y veinte días, con de 4 a 6 horas diarias de trabajo.
Y luego hay
veces en la que te encuentras con problemas inesperados, como que la composición
y el encuadre no den resultado, o los colores no funcionen. Para eso la ventaja
de poder trabajar con capas en Photoshop te salva el culo. Reordenas, mueves,
cambias... Yo, que soy de trabajar sin boceto o con cuatro líneas a todo lo
más, plasmo la idea que tengo en la cabeza directamente y millas. Luego retoco
lo que se necesite, una y otra y otra vez, hasta que me quedo a gusto. Ya dije
que soy muy perfeccionista.
5) Llevas
muchas portadas en libros, antologías o CDs de música, entre otras muchas otras
cosas. ¿Cuáles son tus preferidas y de las que te sientes más contento del
resultado final?
Pues mira tú
que con la que más contento me siento es siempre con la última que he hecho.
La portada de la Maldición de la Diosa Araña en todo su esplendor |
Ya te dije que
estoy en un continuo proceso de aprendizaje. Que todos los días, cada vez que
cojo el lápiz, empiezo a dibujar. Y tengo la impresión de que la última es
siempre la que mejor me ha quedado. Incluso luego veo las anteriores y me digo:
"¡Hostia! Si hubiese metido esta técnica, o esta iluminación, o este
efecto, o este escorzo, hubiese quedado mejor". Soy un inconformista, lo
reconozco; a día de hoy no hay ninguna ilustración mía que no crea que se pueda
mejorar.
En cuanto a
preferidas... Más que preferidas, digamos que son ilustraciones a las que, por
una cosa o por otra les he cogido cariño. Por mencionar alguna, la de “La
Maldición de la Diosa Araña” (Dlorean Ediciones), por ser mi primera portada en
plan profesional para una novela. La de “No eres Bienvenido” (La Pastilla RojaEdiciones) por lo bien que me lo pasé con la portada y la maquetación (aunque
Athman no me dejase meter algo más de sangre), y el pequeño detalle de los
perros zampándose un cadáver y los cuervos en los cables de teléfono a lo
Hitchcock (soy muy dado a meter guiños, la verdad).
Y la de La
Leyenda de Katham. ¡Esa es la leche! He podido hacer una portada de fantasía al
estilo de mis posters de crío de Vallejo y Bell, con tetas, músculos y un
monstruo lovecraftiano de fondo (Gracias a Dlorean por darme carta blanca). ¡Y
para Lem Ryan! Un mito de la novela de bolsillo en este país, con el permiso de
Curtis Garland, A. Thorkent y Ralph Barby... A ver dónde puñetas consigues hoy
día que una editorial te deje poner tetas en una portada, si no es en el Kiss
Comix.
6) Eres el
encargado de la maquetación de las portadas de Dlorean. Explícanos un poco en
que consiste y como es.
En pegarme con
la imprenta y leerle la cartilla a los portadistas. Así, dicho tal cual. Sin
vaselina.
Me explico:
Cuando me llega una portada lo primero que me toca es comprobar que tenga las
medidas adecuadas. Al principio me volvía loco para recortar las portadas sin
hacerles un destrozo porque, o bien eran demasiado altas, o bien demasiado
anchas, o no tenían sangre (zona de cortado en imprenta)... o tenían sangre por
los cuatro lados, cuando por la izquierda, que es el lado que va pegado al
lomo, no se debe poner.
Era algo
normal, un problema perfectamente entendible, ya que casi ninguno de los
ilustradores había trabajado nunca con libros y no controlaban aún las medidas
que nos exigía la imprenta. Gracias a las buenas palabras, un discurso heroico,
y a la amenaza de coger tren, avión, o burro para plantarme en sus casas y
cortarles los dedos con una cuchara oxidada, aún a riesgo de dejarme los cuartos en el
viaje y comer pasta durante un mes, he conseguido que los ilustradores ya
adecúen las medidas al formato correcto. Así que ese tema ya está solucionado
(mas les vale, porque la cuchara sigue guardada en el cajón).
En cuanto a la
imprenta, depende del día que tenga el becario de turno. Y me jode, porque
trabajan muy bien y el resultado de la impresión a la vista está. Pero como
tengan el día torcido... Aún me tiro de los pelos con lo oscura que dejaron la
portada de “Argar, Hijo del Demonio”. Pero parece que a estos, después de un
par de correos, los he metido también en vereda.
Pero bueno,
sigo… Medidas adecuadas: Hecho.
Ahora toca
diseñar el título de la novela, así que lo monto para que encaje lo más posible
con la estética de la novela y la portada. En muchas ocasiones diseño yo mismo
las letras que componen el título. En otras, uso fuentes ya existentes y de
libre distribución. Así que, con el título ya hecho y la portada a las medidas
adecuadas, creo toda la cubierta con el color adecuado e inserto títulos, texto
y logotipos en frontal, lomo y trasera.
Muy importante
es resaltar que cada novela es única, y no uso el mismo fondo o fuentes, a no
ser que sea una saga del mismo autor.
Por último,
monto un .pdf a resolución de impresión profesional y lo envío a Dlorean, para
que den el OK y luego lo manden a imprenta (y cruzo los dedos por que no hayan
cambiado de becario hace un par de días y no sepa cómo funcionan las máquinas
XD)
7) Además de
un extraordinario dibujante, eres escritor, háblanos un poco de esa faceta.
Que manía. Que
no me considero dibujante (pintamonas, sí). Y mucho menos “extraordinario”.
Esos son gente como Mignola, Ezquerra o Moebius.
Yo crecí
rodeado de comics, que al fin y al cabo, son historias; y de decenas de libros.
Y siempre me ha gustado contar historias. Cuento historias inventadas sobre la
marcha para mis hijos, esperpénticas y surrealistas, que desarrollan mi
agilidad mental para crear e hilvanar una trama que al final tenga sentido. De
campamentos, de chaval, contaba historias leídas en libros de mitología, o las que
me contaban en casa de la guerra civil, la mili, anécdotas familiares...
Es una cosa
que siempre he llevado dentro. No sería yo si no contase historias, al igual
que no sería yo sin un lápiz (que no, que no soy dibujante). Son las dos formas
que tengo de expresarme. He tomado al asalto bibliotecas (era el terror de los bibliotecarios,
sí señor) y he llegado a leerme hasta cuatro novelas al mismo tiempo. Soy un
devorador de libros, aunque ahora menos, que tengo poco tiempo. Así que con
tantas letras dentro, toca sacar algunas fuera o reviento. Y empecé primero
escribiendo en foros, luego salté al fanfic, y ahora de cabeza a las
publicaciones físicas.
8) Has
publicado relatos en varias antologías y un pajarito me ha dicho que has
escrito una novela corta y hay una más larga en proceso, háblanos un poco de
todo ello
... Pues sí.
Tengo publicados relatos dentro de antologías: fantasía con Valentia, terror
con La Pastilla Roja, atom-dieselpunk con Dlorean...
En cuanto a la
novela corta, es un relato que se engloba dentro del universo Weird West de
Dlorean, directamente relacionado con un detalle que menciona Raúl Montesdeoca
en su relato "Dinastía Drácula" (Weird West volumen 1), y que
aparecerá en el siguiente volumen. Hay vampiros, hay cambiapieles indios, hay
vudú, hay zonbis (sí, está bien escrito con "n". Cuando lo leáis,
sabréis por qué). Vamos, lo normal en estas cosas: tiros, violencia, sangre,
garras y colmillos, sangre, magia, sangre, acción... Pero vamos, sangre la
justa, no os vayáis a pensar… Que hay cosas con más sangre, como una piscina
llena de hemoglobina, por ejemplo. Mi relato no llega a tanto: un jacuzzi, a
todo lo más.
Y sexo. Porque
también hay sexo, que la vida no es solo mata, mata, mata...
Y la novela
larga... en realidad hay más de una. Hay una que está por la mitad, a falta de
que Dlorean me confirme si la quiere, de temática "dark-steampunk
erotic", que se engloba en un proyecto en el que participamos varios
autores y que no nos entendimos con la editorial con la que trabajábamos. Luego
está otra de carácter "scifi/fantasy", sin iniciar, pero a la que le
tengo ganas.
Y la que creo
que es a la que te refieres, es la novela diesel-atompunk del 13º de Húsares, de
mi universo "Crónicas Ucrónicas", cuyos protagonistas se han
publicado relatos en Dlorean.
"Cronicas Ucrónicas" es un universo que cree hace tiempo, y
que el peazo tipo que es Raúl
Montesdeoca hizo también suyo para publicar la vertiente steampunk del mismo en
"La máquina del Juicio Final" donde, por cierto, aparece uno de mis
personajes en los últimos capítulos. (El que no haya leído la novela de Raúl,
no tiene perdón de diox). De esa ya llevo como un cuarto, aproximadamente, y
quiero ver si la encarrilo de una vez y me la ventilo este verano, que ya me
vale. Cierto es que el relato de Weird West me ha comido tiempo, así como algún
otro relato hecho por ahí para determinadas cosas que espero vean la luz en
breve; amén de las portadas. Pero quiero tenerla cerrada para finales de septiembre,
para poder publicarla a lo largo del año que viene con Dlorean, por supuesto.
9) Estoy seguro que tienes muchos proyectos
entre manos y que pronto oiremos hablar de ellos, danos un adelanto de las
cosas que iremos viendo tuyas en un futuro cercano
Portadas con
Dlorean alguna habrá. Está por salir la que he hecho para la novela de Amando
Lacueva, y también la de la segunda novela de Miguel Ángel Naharro, que
empezaré en breve con ella. Una portada para una antología de relatos de Serie
B para La Pastilla Roja. Y quizá alguna más, pero todo depende de los editores.
Y relatos...,
pues lo que he comentado antes. Si hay suerte, alguno caerá en alguna antología
antes de que acabe el año. Pero asegurado está el de Weird West y el de
Diesel-atompunk.
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