Hay mucho que se desconoce del mundo y la época de Vindius el Guerrero del Norte. Una Cantabria mítica del lejano pasado que no es conocida por muchos y que su autor Luis Guillermo del Corral, nos ha traído de vuelta en su novela.
¿Y quien mejor que él para hablarnos del mundo donde vive sus aventuras Vindius?
Tras
las aventuras de Vindius el cántabro hay muchos detalles, muchos elementos que
no se han narrado; el esqueleto interior que ayuda a dar forma a sus aventuras.
Y lo primero y más evidente es el propio nombre: quería un nombre lo más
cántabro posible. No uno genérico, sino uno que se pudiera identificar como
cántabro. Y recordé entonces el monte Vindio. Recordé también unas lecturas
infantiles cuyo protagonista se llamaba de igual modo, e iba guiando al lector
por las historias y la mitología de Cantabria.
Así,
el guerrero del Norte fue bautizado Vindius. La mitología y leyendas cántabras también
juegan un papel importante en muchas partes de las andanzas de Vindius. Aquí me
documenté al viejo estilo: lo que me contaban mi abuela y
mi madre de niño.
Yo
aprendí acerca del ojancano, de la Anjana, de los enanucos bigaristas… como
antiguamente: De boca a oído. También he consultado textos sobre leyendas. La
memoria es buena, pero limitarse a una sola fuente, no tanto.
La
base está presente, la he respetado y usado para construir la historia: La
terrible ferocidad del ojancano y el hecho de que solo haya alguien a quien
tema. O el, a veces, mezquino, rencoroso y, en definitiva, mal carácter de los
enanucos bigaristas. Como buen transmisor de leyendas, también he añadido
elementos propios, pero ninguna modificación importante. Solo detalles que
ayudan a darle color a la historia.
En
la primera parte de la historia, el uso y mención de detalles relativos a la
vida cotidiana de los cántabros está muy presente. Esta ha sido la única
dificultad real a la hora de escribir. Yo mismo lo menciono. El grado de
atención prestado a los cántabros (al igual que a otros pueblos de la cornisa
cantábrica) por los cronistas romanos de la época, era el que era. El aspecto
bélico en realidad es al que más importancia prestan los textos romanos:
Comienzan calificándolos como «Más fieros que los espartanos», para acabar
tachándolos de bestias salvajes sin piedad.
Hasta
cierto punto, ocurre lo mismo con ciertos aspectos mitológicos. Los dioses
locales fueron asimilados con rapidez por los romanos y así, se desconoce su
nombre primigenio. O si poseían rasgos que se perdieron posteriormente, al ser
integrados como avatares de deidades concretas adoradas por los romanos. En
este punto tuve que tomar ciertas decisiones, y el resultado a la vista está.
La historia debe continuar.
También
me valieron como excusa esas decisiones para cierto y muy concreto punto de las
hazañas de Vindius.
Uno
que no mencionaré, por no eliminar el disfrute de la trama; pero que si diré
que nace justo a partir de éste ya mencionado desconocimiento. La falta de
datos a veces no es un impedimento, sino todo lo contrario.
Volviendo
a la vida cotidiana, está presente sobre todo al inicio de la historia. He
procurado ceñirme a lo que se sabe, y a lo que es coherente suponer pensando en
pueblos similares. En ese sentido, escogí no extenderme en demasía para no
cometer errores clamorosos. Mi meta principal ha sido contar una historia, y
hacerlo bien. Al igual que con el uso de los mitos: no solo hay elementos
cántabros presentes. Además he empleado elementos de mi cosecha, y también
provenientes de otros mitos, ligándolos para hacer lo que es una leyenda: Una
historia que fascina.
En
resumen. He procurado ser fiel a las fuentes empleadas; y creo haberlo
conseguido. Ahora solo queda una cosa por hacer: desear buena lectura y que el
viaje junto al guerrero del Norte sea del agrado de los lectores.
Luis Guillermo del Corral
No hay comentarios:
Publicar un comentario