Raúl Monstesdeoca, director del Proyecto Pulp y
escritor de La Máquina del Juicio Final,
nos explica cómo se fue gestando este apasionante proyecto.
Desde
que conocí la existencia hace ya unos añitos de Cazadores de Vampiros de Lem Ryan, había tenido unas ganas locas de
echarle el guante a este bolsilibro. Esta novela me atrajo desde el minuto cero
pero era imposible hacerse con ella. Fue publicada allá por el año 1983 en la
Colección California de la Editorial Bruguera. En la actualidad, como os
imaginaréis, está descatalogada y solo puede conseguirse con muchísima suerte
de segunda mano. Eso está a punto de cambiar.
Pero
antes de embarcarnos en los planes de futuro vamos a hablar un poco del pasado
por seguir cierto orden cronológico. Soy un fan declarado del weird western, por eso era lógico que me
atrajese este tipo de novela. Ya había leído Rancho Drácula del inmortal Silver Kane y me había encantado. Al
saber que existía otro bolsilibro sobre esta temática, durante un tiempo se
convirtió en casi una obsesión hacerme con un ejemplar de esta singular obra. Y
sí, digo singular porque hay una pequeña historia detrás de Cazadores de Vampiros que conocí algún
tiempo después y que merece la pena ser relatada.
Gracias
a nuestra comunidad Proyecto Pulp en
Facebook tuve la fortuna de conocer a Lem Ryan. Lem es un apasionado de lo que
hace, además de alguien muy cercano y generoso. Fuimos intercambiando mensajes
y no tardé mucho en hablarle de la novela que da título a este artículo. Le
conté que mataría por conseguir un ejemplar de ella y en menos de un minuto Lem
ya me había enviado una copia por internet. Bullía literalmente de emoción
cuando abrí aquel archivo pdf. Comencé a leer entusiasmado y conforme iban
avanzando las líneas, empezaba a darme cuenta de que la larga espera había
merecido la pena. Era una perfecta mezcla de western y película de terror que
podría haber filmado la Hammer en sus momentos más álgidos. La devoré,
olvidándome del mundo hasta que no acabé de leerla de cabo a rabo. Terminé más
que satisfecho de una historia que tenía acción, terror, amor, aventura y unos
cuantos guiños a la literatura popular universal.
Teniendo
en cuenta las limitaciones del formato, que no daban para grandes malabarismos
literarios por su reducida extensión, era una historia apasionante que dibujaba
todo un universo weird western. Lo primero que pensé poco después de terminarla
tuvo que ser algo así como “¡Quiero más!”.
Los vampiros en el far west por José Baixauli |
Esta
novela es singular en muchos sentidos. Lem Ryan saca su vena rebelde y consigue
colarles a Bruguera una novela de terror en una colección del Oeste, algo que
iba contra las normas de la casa. En las novelas de terror salen monstruos y en
las del oeste salen cowboys, decían las cabezas (poco) pensantes de la editorial.
De la misma manera que trató de hacer una saga de su personaje bárbaro Katham,
hasta que le obligaron a cambiar el nombre del protagonista para evitar que se
hiciera demasiado conocido. Esto le añadía algo más de mítica a Cazadores de Vampiros en mi Olimpo
particular.
Seguía
apasionado con la idea de ese universo mezcla de terror y western que Lem Ryan
presentaba en la novela. Hasta tal punto me apasionó que empecé a pensar cómo
podrían continuar las aventuras de Jonathan McIntire, el protagonista de la
historia. Le eché morro al asunto y le propuse a Lem Ryan hacer una
continuación de su bolsilibro tan solo por el placer de hacerla. Ya había dicho
anteriormente que Lem es muy generoso, así que me dejó jugar un ratito con sus
juguetes y me puse a ello.
Ilustración de José Baixauli |
Más
o menos en ese punto apareció en el proyecto Carlos Díaz Maroto, también
admirador y amigo de Lem Ryan. Se mostró apasionado con el proyecto y empezó a
cuajar la idea de crear un universo compartido, situado en el mundo que Lem
Ryan nos había perfilado en la novela original. El potencial que se nos
presentaba era demasiado grande y bueno como para que quedase solo en aquella
magnífica novela corta. La semilla fue creciendo y se nos fueron uniendo Néstor
Allende, Miguel Ángel Naharro, Luis Guillermo Del Corral, Pako Domínguez, Luis
Guallar, Alejandro Castroguer y Ana Morán Infiesta. Bien acompañados por las
geniales ilustraciones de José “Máquina de dibujar” Baixauli. Con la genial
noticia añadida de que Dlorean Ediciones estaba muy interesada en publicar las
novelas de la serie. Era como un sueño hecho realidad, ya teníamos todo lo
necesario para despegar.
Gran parte del grupo salvaje de autores de la serie Weird West |
El
primer volumen, espero que de muchos, recuperara esta novela imposible de
conseguir de Lem Ryan y además dos novelas más. Una de ellas escrita por mí que
llevará el título de Dinastía Drácula,
que es una secuela directa de Cazadores
de Vampiros. La segunda se titulará Los
Hijos de la Noche de Carlos Díaz Maroto, que también continúa la saga que
comienza con la aventura original.
En
mi caso y en el de Carlos hemos tratado de expandir el universo desarrollando
apuntes que Lem insinuaba en la primera novela. La presencia del Conde Drácula
en el Far West norteamericano nos abre un sinfín de posibilidades. Ha sido y
sigue siendo apasionante ir perfilando las líneas argumentales de las nuevas
aventuras y de los personajes que se van a ir uniendo a esta increíble saga. Un
universo compartido en el que veremos cómo cruzan sus caminos monstruos y
héroes de lo más variado, además de todo un elenco de personajes que pueblan
las “zonas grises” de este fantástico y terrorífico Nuevo Mundo.
Ilustración de José Baixauli para la serie |
¿Te
gustan las pelis del Oeste? ¿Te gustan las pelis de monstruos? Pues aquí vas a
tenerlo todo en uno. Acción y terror sin parar en un tributo a los viejos
bolsilibros que ya forman parte de nuestra cultura popular.
Raúl Monstedeoca