sábado, 5 de enero de 2013

¡YA EN PREVENTA! LEYENDAS DE LÁCENOR: LA CIUDAD BLANCA





Por fin podemos anunciaros que Leyendas de Lácenor: La ciudad blanca està disponible en preventa en nuestra página web.

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La novela será publicada el dia 1 de febrero, pero para todos los que decidais reservala con antelación os recompensaremos con un 10% de descuento. Ya os hemos hablado de esta gran novela de fantasía, así que ahora solo queda mostraros un fragmento del primer capítulo, para que podais saborear lo que es el mundo de Lácenor. Seguro que os quedais con ganas de más.

Así comienza una aventura que no os dejará indiferentes...



Año 977 de la Era de los Mortales.

Con el rostro perlado de sudor, Tach´or se adentró en la Estancia de las Sombras. Sabía que era absurdo a ojos ajenos, pero no podía evitar sentirse nervioso e intranquilo entre las tinieblas que daban nombre a la sala. Un éldayar, un elfo de las sombras como les llamaban los humanos, asustado por la oscuridad. Los esclavos se reirían de él si lo supieran. No obstante, sabía que era una experiencia terrorífica para la mayoría de sus hermanos aunque no hablasen de ello. Su pueblo conocía bien la Oscuridad y lo que se ocultaba tras ella.
 Ese era el único lugar que enlazaba el mundo de los mortales con el Inframundo, el único lugar en el que ambos estaban tan cerca el uno del otro que bastaba muy poco para rasgar el débil Velo que los separaba. Una legión incontable de seres demoníacos nacidos de la propia Oscuridad arañaban con sus espectrales garras los debilitados muros de la realidad, anhelando encontrar una abertura que les permitiese alimentarse de las almas y la sangre de los mortales. Tach´or sabía que la misma magia oscura que les permitía mantener abierto tan terrible portal era la que contenía a las criaturas de las sombras y les impedía traspasar el umbral a su mundo. Las sacerdotisas de los éldayar, fieles devotas del Oscuro, utilizaban los favores que les otorgaba su dios con ese fin, consiguiendo así acceso a los terribles poderes del Inframundo. Mientras más próxima se encontraba una de estas devotas a la Estancia de las Sombras, mayor era su poder. En su interior nada de este mundo podía enfrentarse a ellas. «Nada de este mundo», reflexionó Tach’or con un escalofrío mientras sentía las invisibles garras de los seres de las sombras arañando la realidad a su alrededor. Nada de este mundo, pero ¿quién sino el Oscuro sabe qué poderes se ocultan más allá del Velo?
Tach´or tomó aliento y se sobrepuso a su nerviosismo. Si alguna de ellas lo percibía... No quiso ni pensarlo. Se limpió el sudor de la frente y continuó adentrándose en las sombras de la estancia. Mientras caminaba, observó fascinado el espectáculo que se desplegaba ante él. En la enorme sala podía verse media docena de hermosas sacerdotisas elfas semicubiertas por vaporosos vestidos de seda que dejaban entrever sin dificultad aquello que supuestamente ocultaban. Las sacerdotisas llevaban a cabo distintos rituales para ganar los favores de su siniestro dios: algunas realizaban sacrificios de víctimas gimoteantes, otras se postraban en rezos con los que se les permitía realizar poderosos conjuros... Resultaba fascinante la dedicación de esas devotas del Oscuro que, a diferencia de los hechiceros, necesitaban contar con los favores de su señor para poder utilizar su magia.
El elfo buscó con la mirada entre ellas mientras admiraba los distintos rituales que llevaban a cabo. En una lucha por dominar el terror que le producía estar allí, encontró finalmente a quien buscaba.
−Lamshala –susurró arrodillándose. Al escuchar el respetuoso saludo éldayar la esbelta figura se volvió hacia él.
−Qué apropiado que estés aquí, Tach’or. Empezaba a tener hambre –sus labios dibujaron una seductora sonrisa. El aludido trató por todos los medios de evitar mirarla a los ojos, pero no fue capaz. Unos insondables pozos oscuros le atraparon y lo arrastraron hacia un estado semi–hipnótico mientras la elfa se arrodillaba a su lado mordisqueándose los rojos labios.
–Ya eres mío –susurró. Sus uñas se clavaron en el indefenso éldayar haciendo brotar la sangre mientras le besaba con lasciva pasión. La mujer interrumpió el beso tan bruscamente como lo había comenzado y se puso de nuevo en pie mientras se relamía.
Tach´or cayó hacia delante, manteniéndose a gatas a duras penas mientras jadeaba mareado a consecuencia de la energía vital que le había sido robada en tan aparentemente inofensivo beso.
–Y ahora, delicioso Tach’or, dime qué te trae por aquí –ordenó ella acomodándose entre unos blandos cojines situados a ambos lados de la sala.
–Sí, sacerdotisa Shylara –dijo el elfo mientras trataba de recuperar el aliento. Nunca sabía si la especial predilección que la sacerdotisa parecía sentir por él era una bendición o una maldición–. Traigo noticias sobre su hijo… –Un destello de ira en los ojos de la elfa le recordó, demasiado tarde, que había cometido un error.
–¿Mi… hijo?
–Discúlpeme, yo solo…
–¿¡Mi hijo!?
Tach´or palideció, temiendo por su vida.
–Es un bastardo. Tuve la desgracia de quedar manchada por la semilla de uno de mis esclavos, pero eso no lo convierte en mi hijo. No es más que un mestizo que no merece ni el aire que respira. Si vuelves a referirte a él como lo has hecho…
La amenaza quedó incompleta, pero fue más que suficiente. Ambos eran perfectamente conscientes de lo que ella era capaz.
–No volverá a repetirse –aseguró Tach´or agachando la cabeza.
–Bien. ¿Qué sucede con el bastardo? La única razón por la que no lo sacrifiqué al Oscuro en el mismo momento en el que nació fue que los del gremio de asesinos mostrasteis cierta curiosidad profesional por él. Si está causándote problemas mátalo, pero no me molestes.
–En realidad es casi lo contrario, sus progresos son realmente fascinantes. Gracias a su sangre humana, con menos de tres décadas de vida es ya un adulto completamente formado físicamente. Si no fuese porque esa misma impureza racial le hace más torpe y lento recomendaría criar semielfos como asesinos, apenas un par de décadas serían suficientes para tener un buen grupo de ellos, una tropa barata y completamente sacrificable.
–¿Y mancillar nuestra raza así? –respondió ella con un gesto despectivo.
–En cualquier caso –prosiguió el elfo–, estoy convencido de que ya está preparado. Ha sido entrenado durante casi treinta años en las artes del sigilo y el asesinato y he de decir que estoy realmente satisfecho con el resultado. Compensa las deficiencias de su lado humano con una disciplina y una dedicación absolutas. Ha demostrado especial predilección por las dagas, una puntería sorprendente con arcos y ballestas y, además, me he ocupado personalmente de que uno de nuestros esclavos (un erudito entre los suyos, al parecer) le enseñase su primitivo idioma. Le hará falta para infiltrarse entre los humanos.
–Me aburres... ¿Por qué me aburres, Tach’or?
–Porque... –este se tragó las palabras que bailaban en su mente: «porque es vuestro hijo, maldita sea, y porque pensaba que a pesar de todo tendríais algo más que hielo en el corazón»–. Porque creo que ya está preparado para cumplir con el papel para el que ha sido entrenado todo este tiempo. Había pensado en que el encargo que habéis hecho al gremio acerca del asesinato de la dama Aressa podría ser un apropiado bautismo de fuego para él.
–En ese caso envíalo, pero no quiero errores. Si lo matasen me sentiría muy aliviada de quitármelo de encima, pero no en esta misión. En este encargo no toleraré fallos, esa tal Aressa debe morir.
–Y morirá, sacerdotisa Shylara. Ahora, si me disculpa, debo continuar con mi trabajo –concluyó el maestro de asesinos, inclinándose ante su señora.
–No. No puedes marcharte.
Tach´or miró a la mujer sin comprender. Esta se le acercó con una pícara sonrisa y, atrayéndolo hacia sí, volvió a besarlo con pasión desenfrenada.
–Aún no he terminado contigo –le susurró al oído mientras le mordisqueaba la puntiaguda oreja.
Con una sonrisa de complacencia el elfo se dejó arrastrar a los almohadones.

6 comentarios:

  1. Hmmm Elfos indeseables, una orden de asesinos... Esto promete. Joaquin ha logrado despertarme la curiosidad

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  2. Me ha recordado un montón a la escena donde Drizzt Do'Urden, es seducido por su hermana un rito de iniciación con otras sacerdotisas drow. Además parecer haber alguna que otra influencia del pj en ese extracto, XDDD

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  3. Igual por eso Pako dice que soy el R.A. Salvatores español jajajaja

    Por cierto, el capítulo no está entero ahí, ¿eh? Falta la mejor parte :P

    Un saludo a todos.

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  4. Por cierto, eso es un fragmento del prólogo, que en realidad tiene poco que ver con el resto de la novela (aunque no por eso deja de ser importante para la trama). Podéis leer el primer capítulo en mi blog, dejo el enlace aquí:

    http://www.lacenor.com/2010/02/leyendas-de-lacenor-la-ciudad-blanca.html

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  5. Enhorabuena Joaquín, te deseo muchos éxitos con tu novela. Espero que sea la primera de muchas.

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  6. Oye pues no está nada mal, acabo de descubrir tu blog y he leído ese extracto y me ha gustado bastante.

    Como gran seguidor principalmente de Dragonlance, sería muy grande si convirtieseis esto en una franquicia parecida en parte al menos. Lo que ocurre es que yo soy muy peculiar y hace dos años decidí dejar de almacenar papel en casa. La pregunta es ¿existe versión digital para comprarla online?

    Y otra cosa ¿había anunciados unos comics en el mismo mundo?

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